Empezar de cero

Temblando, con los ojos cerrados, el cielo está nublado y a lo lejos tú hablando de lo que te ha pasado, intentando ordenar palabras para no hacerme tanto daño, tanto daño, y yo sigo temblando...
De la mano, y con mucho cuidado, os besásteis en silencio cuando no había luz.
Y me hace gracia tu manera de contarlo, como el que cuenta que ha pensado, que ha decidido, que seguimos siendo amigos, y yo estoy temblando...
Y llorando, me había jurado que nunca iba a llorar, recordando cada palabra que no quiero escuchar, desgarrándome, suplicándote, intentando hacerte recordar...
Pero tú sólo dices: voy a colgar.

¡Qué bonito! Bonita forma de describir cada una de las cosas que siento. Preciosa manera de escribir con palabras cada uno de los latidos de mi corazón.

Podría, siguiendo con el tema de las canciones, decir que se acabó porque yo me lo propuse, pero creo que eso no va a ser posible. Primero, porque algo que lleva en mí tanto tiempo no acaba así como así. Segundo, porque creo que ya lo he intentado y no ha sido posible. Ya lo hice una vez, cuando tenía catorce años. Me levanté una mañana y dije: "se acabó". Pero ahora no me veo capaz. Creo que no tengo fuerzas.

Quisiera poder olvidarme de tí,
con otro sacarte por siempre de mí,
decirte a la cara que no me haces falta para poder vivir...

O podría decir que paso del amor, yo quiero jaleo, en vez de tanto amor prefiero cachondeo, sólo hablar de amor me pone de mal humor, pero mentiría, y no me gusta mentir.

Mejor digo que renuncio:

• a vivir sin vivir
• a temblar
• a hacer como que no pasa nada
• a sonreír cuando en realidad no tengo ganas
• a pensar sólo en él
• a que me duela el estómago
• a intentar hacer realidad todas y cada una de mis acciones potenciales
• a darle la vuelta a las cosas hasta que me canso
• a esperar a que me llame para nada
• a ver que, tras mucho tiempo de espera, no me llama
• a caer al suelo tras darme cuenta de que, después de todo, sólo me imaginaba que estaba volando
• a verle como el único hombre de éste mundo
• a esperarle pacientemente hasta que se decida
• a hablar ni una sola palabra más sobre éste tema con mis amigas
• a que me digan que todo va bien, que soy yo la que no lo veo
• a mantener una esperanza totalmente ficticia
• a pensar día y noche si me lanzo yo o espero a que se lance él
• a ocupar mi cabeza con algo tan absurdo
• a mirar qué bonito es su nombre

Renuncio, en definitiva, a todo lo que me hace daño, a todo lo que me impide vivir.

Quizá ocurra que al dejar todo ésto no empiece a vivir tal y como quiero, sino que lo pase peor. Pero no tengo nada que perder.

Ahora sonrío, ahora tengo otras estrellas, otras rosas que cuidar. Ahora me preocupo de otras cosas...

No niño, no te he olvidado, simplemente porque no puedo. Pero voy a intentar que tu presencia en mi vida pase de largo, y no me va a preocupar si pierdo este tren, porque otro llegará. Y voy a vivir la vida, y voy a cuidar de mis nuevas estrellas y de mis nuevas rosas, porque creo que se lo merecen.

Ahora, voy a dar paso a una gran frase de mi querida veterinaria que me ha estado dando fuerzas desde que me la dijo: ¡A tomar por saco! Si quiere algo bien, y si no, pues nada.

Quiero dejarlo todo y empezar de cero, tengo una canción y muy poco dinero...