Verba volant, scripta manent

29 septiembre 2006

SPV


Después de éstas minivacaciones que he tenido tras un largo periodo de estudio... NOOO!! Viene otro largo periodo de estudio!!!
Ya empiezo a notar El Síndrome Post Vacacional, que hasta ahora no había hecho aparición, porque me doy cuenta de que ya no podré ver Buffy Cazavampiros (mierda! ahora que le encuentro el punto a Spike), ni ninguna de esas series que tanto bien le hacen a mi persona (y que tantos pájaros me meten en la cabeza).

Me gustaría poder seguir haciendo el vago, o poder salir hasta las tantas con mis amigos aunque sea un día de diario, pero ésto ya se acaba. La felicidad del no hacer nada llega a su fin.

Ya se me vienen a la cabeza las duras jornadas a las que me enfrentaré cada día, a lo que se le añaden tres horas de academia si todo marcha bien (es decir, si sólo es necesario que me apunte a una asignatura) y cuatro prácticas semanales para entregar. Que me diga alguien si una puede estar tranquila y tener elegancia interior con semejante panorama.
Tenía yo una foto de mi actriz favorita escribiendo en un diario, toda elegante ella, con ese espíritu chic que siempre le ha caracterizado, y la estaba buscando para colgarla, para que supiérais cual es exactamente la manera que voy a tener de estudiar este curso (tranquila, con tiempo, organizada, disfrutando de mi aprendizaje...). Pero no la he encontrado, y en parte mejor, así no podréis compararme con ella una vez que veáis en qué me he convertido entrado Febrero. Ya me veo desquiciada en mi cuarto, tirándome de los pelos y gritando a todo el mundo. Pero voy a desterrar esas imágenes de mi cabeza y las voy a sustituir por paisajes de esos que me gustaría disfrutar algún día (es parte de mi método de relajación, lo estoy desarrollando todavía).

He leído en esas revistas absurdas que tanto me gustan últimamente algunos trucos para hacer frente a la "vuelta al cole", pero no creo que funcionen en mí, sencillamente les veo lagunillas.

  • Te dicen que no te lleves trabajo a casa durante la primera semana. Jajajajaja. Si le digo al profesor que no le voy a hacer el resumen, o la práctica o lo que le dé por mandar... jajajaja, ya me lo imagino, y me parto de risa.
  • Levantarte un poco antes cada día de la semana antes de que empiece el trabajo. ¿Esto qué es? ¿Estamos locos o qué? Encima que tengo pocos días para dormir, pretenden que no los exprima al máximo.
  • No sobregargar las primeras jornadas, sino hacer un trabajo suave. Que yo sepa, los horarios son los mismos la primera jornada que la última. Y el nivel de sobrecarga lo marca el profesor, si le da la gana lo sobrecarga todo, y si tiene prisa te manda a la cafetería nada más entrar por la puerta del aula. En eso yo no tengo voz ni voto.

Y así una eternidad de buenos consejos que alguien se sacó un día de la manga y los escribió en un papel. Ninguno me sirve.

Tendré que resignarme a pasar una "vuelta al cole" desastrosa, y a hacer frente a mi SPV yo sola, porque Patri, Shey y Mariastur casi con toda seguridad estarán en las mismas. Aunque, pensándolo bien, siempre podremos recurrir a nuestro remedio para todo: llorarnos las unas a las otras.

19 septiembre 2006

Vacío interior (libertad, en términos científicos)

¿Quién me iba a decir a mí, a mí precisamente, que iba a sentir tal cosa?
Soy la leche, y no es porque yo lo diga, que conste.
Mañana acabo mis exámenes y ¿qué me encuentro?. Unos maravillosos 10 días de ocio total en los que, después de no hacer nada, no haré nada para no hacer nada después.
Vaguear no es lo mismo si tienes que estudiar (que mola mil veces más, por que está como "prohibido") que si tienes todo el tiempo del mundo para hacerlo. Es decir, tragarme TODO lo que ponen en la tele no mola si no tengo a mi conciencia regañándome más que mi propia madre.
Pero como soy una mujer con una increíble capacidad de sobreponerme a las adversidades (previo mar de lágrimas, obvio) haré de tripas corazón y tendré que resignarme a tener tiempo para todo: para escuchar música hasta que me duelan los oídos, para leer hasta que las líneas se vuelvan verdes y bailen en las páginas, para pensar mil y un modelitos con una misma camiseta, para leerme por enésima vez mis revistas de hace un año, para comprar FOTOGRAMAS y empezar a estudiar algo interesante de verdad...
En fin, un sin fin de calamidades... ¡Ay! ¡Qué se le va a hacer! La libertad es lo que tiene.

07 septiembre 2006

De vuelta

De vuelta de Egipto. El mejor viaje de mi vida. De hecho, el viaje de mi vida, sin lugar a dudas. ¿Quién podía imaginar que detrás de la grandiosidad de las fotos de mis libros se escondía otra grandiosidad mucho más grande, que te deja con la boca abierta, que hace que no sientas el calor, que hace que no quieras casi ni agua? Sólo quieres ver, sólo ver. Ver más, llenarte de todo: empaparte de sudor por las calles de El Cairo, llenarte la ropa de tierra. Sólo ver más, un poco más, hasta que tu cerebro ya no es capaz de asimilar nada más, y aún así, sigues pidiendo.
El país de los contrastes, según me explicaron. Lo que se traduce en que los pobres son inmensamente pobres y los ricos inmensamente ricos. Pero qué país, qué gente, qué cultura. ¿Cuánto vale poder escuchar la llamada al rezo desde la mezquita en el centro más central de todo El Cairo?
Ya casi no era capaz de recordar los olores, el agua del Nilo (distinta de cualquier agua que yo haya podido tocar), los sabores, el viento, el momento en el que ves a Ra por la mañana, y ves que Ra fuera de Egipto no tiene sentido, porque el Sol allí es distinto.
Tampoco recordaba el momento en el que vi por primera vez (no en una foto) el templo más bonito del mundo, el único que ha hecho que llorara , que me diera cuenta de que mi viaje no era otro vistazo más a mis libros, sino que era real, y además maravilloso. Sólo diré dos palabras, porque no quiero que las lágrimas empañen mis ojos y acaben mojando el teclado: ABU SIMBEL.

De vuelta de mi Peña. PAJARRAAAACOS, OÉ. Qué fiestas, qué orquestas, qué pasobobles, qué alegría. No se imaginan los pobres cuánto les quiero, y soy emasiado miedica para decírselo a la cara.
No puedo nombrarlos a todos porque seguro que me dejaría a alguien, pero hay gente muy especial allí. Somos una gran familia en plan telenovela, pero con bastante más carga emocional, afectiva e intelectual. Está mi hijita, que tiene unos cuantos años menos que yo, pero que me enseña todo lo que tengo que saber para... bueno, para dejar a un lado a mi YO más sensato y darme alguna que otra alegría pa'l cuerpo. Está una de mis muchas hermanitas, que casualmente viene a ser mi nieta por parte de marido, que tiene la sonrisa más legre de todas, que siempre se ríe y me enseña lo bueno que tiene la vida. Está otra de mis hermanas, amante de mi marido, por cierto, a la que quiero con locura y con la que comparto mis penas de amores. También tengo a una personita que no sé que parentesco tiene conmigo, pero le adoro. Es un enano que sabe de la vida más que yo, y que, nadie se explica cómo, es extrañamente sensato para ciertas cosas. Y luego está mi marido, que me explica las estrellas, me da consejos sacados de no sé qué lugar de sus escasos 17 años y baila conmigo el pasodoble. ¿Quién no quiere una familia así?

De vuelta de Francia. De la boda de mi prima, más concretamente. O mejor dicho, del bodorrio. No he bailado más en toda mi vida. No me lo he pasado mejor con ésta familia en toda mi vida. Merci Beaucoup, cousins!!!

De vuelta de todo. Es decir, que me toca estudir de nuevo. Junio pasó como un huracán por mi vida, y digamos que aún no han llegado las ayudas humanitarias. Sólo me consuela saber que ahora quizá pueda con todo, o casi todo, porque la niebla que me impedía ver parece que se ha disipado, aunque como dice la canción "el sol no regresa".
Pero no volverá a suceder. No volverá, porque no dejaré que mi cerebro me traicione, no dejaré que algo tan tonto como una pena me bloquee las entendederas y me deje el cerebro en blanco en un examen.
Como sólo quiero ser feliz y sonreír, he trazado un plan. Y lo voy a seguir al pie de la letra. Mi plan tiene algunos puntos clave que van a hacer que mi vida vuelva a estar equilibrada, quiera o no quiera la pareja formada por mi cerebro y mi corazón (yo no les di permiso para juntarse, esto no es justo):
  • Leer, leer, leer.
  • Música, que ponga banda sonora a mi vida.
  • Paz interior, y si me apuráis, y Bridget Jones me permite la osadía, diré también:
  • Elegancia interior.